Importancia del temor de Dios en nuestras Vidas




 La  importancia del temor de Dios en nuestras vidas


V.G.M.
Creado: 29 – Octubre - 2001
Editado: 8 – Febrero - 2002    
Editado: 5-  Octubre - 2003

Salmo 34
1           Bendeciré a Jehová en todo tiempo;
su alabanza estará de continuo en mi boca.
        2           En Jehová se gloriará mi alma;
lo oirán los mansos y se alegrarán.
            3           Engrandeced a Jehová conmigo
y exaltemos a una su nombre.
            4           Busqué a Jehová, y él me oyó
y me libró de todos mis temores.
            5           Los que miraron a él fueron alumbrados
y sus rostros no fueron avergonzados.
            6           Este pobre clamó, y lo oyó Jehová
y lo libró de todas sus angustias.
            7           El ángel de Jehová acampa alrededor de los que lo temen
y los defiende.
            8           Gustad y ved que es bueno Jehová.
¡Bienaventurado el hombre que confía en él!
            9           Temed a Jehová vosotros sus santos,
pues nada falta a los que lo temen.
            10          Los leoncillos necesitan, y tienen hambre;
pero los que buscan a Jehová no tendrán falta de ningún bien.
            11          Venid, hijos, oídme;
el temor de Jehová os enseñaré.
            12          ¿Quién es el hombre que desea vida,
que desea muchos días para ver el bien?
            13          Guarda tu lengua del mal
y tus labios de hablar engaño.
            14          Apártate del mal y haz el bien;
busca la paz y síguela.
            15          Los ojos de Jehová están sobre los justos
y atentos sus oídos al clamor de ellos.
            16          La ira de Jehová está contra los que hacen mal,
para eliminar de la tierra la memoria de ellos.
            17          Claman los justos, y Jehová oye
y los libra de todas sus angustias.
            18          Cercano está Jehová a los quebrantados de corazón
y salva a los contritos de espíritu.
            19          Muchas son las aflicciones del justo,
pero de todas ellas lo librará Jehová.
            20          Él guarda todos sus huesos;
ni uno de ellos será quebrado.
            21          Matará al malo la maldad
y los que aborrecen al justo serán condenados.
            22          Jehová redime el alma de sus siervos.
¡No serán condenados cuantos en él confían!


 Cómo es la persona que teme al Señor:
  • Frutos de labios que alaban su Nombre
  • En el Señor se embellecerá, hermoseará, adornará nuestra alma e irradiaremos esa hermosura hacia los demás
  • Invitaremos a otros a dar honor y alabanza a nuestro Hacedor
 Cual es la respuesta del Señor a los que le temen
  • Buscamos al Señor y Él nos oye.
  • Nos libra de todos los temores.
  • Todos los que miraron a Él fueron alumbrados y no fueron avergonzados
  • Hay un ángel del Altísimo que está y acampa alrededor de los que lo temen y los defiende.
  • Los que aborrecen al justo serán condenados.
  • El Señor redime (pagar precio por) el alma de sus siervos.
  • Los ojos del Eterno están sobre los justos
  • Atentos están sus oidos al clamor de ellos
  • La Ira del Altísimo contra los que hacen mal no teniendo temor del Señor.
  • Claman los justos y el Señor oye y los libra de todas sus angustias.
  • Cercano está a los quebrantados de corazón y salva a los contritos de espíritu
  • Hay una invitación
  • Probad y veamos que es bueno el Señor
  • Feliz el que confía en Él, por lo tanto, confiemos
  • Temed al Señor ustedes sus santos.

Promesa que tenemos al andar en el temor del Señor

  • El pobre clama y el Señor los oye y lo libra de todas sus angustias
  • Nada falta a los que le temen.
  • Los que buscan al Señor no tendrán falta de ningún bien.
  • Muchas son las aflicciones del justo, pero de todas ellas las librará el Señor.
  • El guarda todos sus huesos, ni uno de ellos será quebrado.
  • No serán condenados cuantos en el Señor confían.
  • Consejo para andar en el temor del Señor
  • Guarda tu lengua del mal y tus labios de hablar engaño.
  • Apártate del mal y haz el bien.
  • Busca la paz y síguela.



2 Corintios 7 : 1
1Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios.

Salmo 25: 12-14      
12   ¿Quién es el hombre que teme a Jehová?
Él le enseñará el camino que ha de escoger.
13   Gozará él de bienestar
y su descendencia heredará la tierra.
14    La comunión íntima de Jehová es con los que lo temen,
    y a ellos hará conocer su pacto.

Proverbios 1 : 7
7        El principio de la sabiduría es el temor de Jehová;
los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza.

Cuando tenemos el Santo Temor de Dios en nuestras vidas, nos sometemos a la Voluntad de nuestro Padre.

Isaías 50 : 10
10¿Quién hay entre vosotros que teme a Jehová, y oye la voz de su siervo? El que anda en tinieblas y carece de luz, confíe en el nombre de Jehová, y apóyese en su Dios.

Malaquías 3 : 5
5Y vendré a vosotros para juicio; y seré pronto testigo contra los hechiceros y adúlteros, contra los que juran mentira, y los que defraudan en su salario al jornalero, a la viuda y al huérfano, y los que hacen injusticia al extranjero, no teniendo temor de mí, dice Jehová de los ejércitos.

Malaquías 3 : 16
16Entonces los que temían a Jehová hablaron cada uno a su compañero; y Jehová escuchó y oyó, y fue escrito libro de memoria delante de él para los que temen a Jehová, y para los que piensan en su nombre. 

¿Qué sucede con los que temen a Dios y dan testimonio de El?
Malaquías 3 :17
17Y serán para mí especial tesoro, ha dicho Jehová de los ejércitos, en el día en que yo actúe; y los perdonaré, como el hombre que perdona a su hijo que le sirve.

¿Qué don dará a los que le temen? ¿Qué recibimos de Dios?
Malaquías 3 :18
18Entonces os volveréis, y discerniréis la diferencia entre el justo y el malo, entre el que sirve a Dios y el que no le sirve.

Malaquías 4 : 2-3
2Mas a vosotros los que teméis mi nombre, nacerá el Sol de justicia, y en sus alas traerá salvación; y saldréis, y saltaréis como becerros de la manada. 3Hollaréis a los malos, los cuales serán ceniza bajo las plantas de vuestros pies, en el día en que yo actúe, ha dicho Jehová de los ejércitos.

Efesios 5 : 21
21Someteos unos a otros en el temor de Dios.   

                   El Temor de Dios es un don.
                            
El Temor de Dios no es el temor a un castigo por nuestros pecados, sino que es el temor por amor, el temor a no ofenderle a que por nuestra causa apenemos a nuestro Señor o contristemos al Espíritu Santo por nuestro actuar inconsciente; temer a que nuestra mente, nuestra parte carnal actúe en nuestra vida, en vez de que sea el Espíritu Santo que reine en nosotros en todas nuestras áreas; el temor de no hacer las cosas bien para nuestro Salvador.

Al Tener el Temor de Dios deseo entregarle todo mi ser a Jesús para no correr el riesgo de acomodar o interpretar la Palabra a mi antojo o conveniencia sin siquiera darme cuenta, decido decirle al Señor: “toma, hoy te entrego todo mi ser para que Tu lo cambies, Padre llévate todos mis pensamientos y pon en mi Tus pensamientos, ponme la mente de Cristo para que pueda actuar con sabiduría, te entrego mi corazón para que lo transformes y mi alma donde están mis sentimientos, emociones, inteligencia y voluntad para que las perfecciones; que no se haga mi voluntad en mi vida sino la tuya, pues Tu voluntad es perfecta”.

Al someternos completamente a Dios nos hacemos fuertes en El, morimos a la carne y nacemos en espíritu; crucificamos nuestra carne con Cristo Jesús y resucitamos junto con El a una nueva vida. El morir a la carne es doloroso porque muchas veces nos sentimos humillados, quizá ultrajados, pasados a llevar, etc., pero en medio de la tormenta nosotros los hijos de Dios, clamamos a nuestro Padre en nombre de Jesús para que nos asista por medio de su Espíritu Santo en medio del problema, podemos hacerlo mentalmente, el Señor viene a nuestro rescate inmediatamente, El nos dará la paz para no alterarnos, o pondrá freno en nuestras boca para no decir cosas inconvenientes o bien poniendo palabras en nuestra boca si es necesario a través de su Espíritu Santo o según la circunstancia enviándonos solución por algún medio. Morir a la carne significa ya no ser como éramos antes cuando andábamos según el mundo ya no reclamamos sino clamamos a Dios, dejamos de justificarnos ante el mundo y ante Dios; si nos humillan ya no respondemos, si nos calumnian no estamos a la defensiva, esto porque sabemos quienes somos, hijos de Dios y como tales, clamamos a El le exponemos todo nuestro dolor, si caemos vamos hacia El en nuestra oración humildes y arrepentidos por nuestro actuar, pedimos perdón pidiéndole al Padre que nos lave con la sangre de Cristo para quedar limpios de pecados; cada día debemos lavarnos de los pecados de esta forma así como nos lavamos nuestro cuerpo, también debemos hacerlo con nuestro alma. Dejémonos guiar completamente por el Espíritu Santo, tengamos comunión (comunicación, relación intima) con Dios todo el tiempo para poder escucharle ya que El siempre esta presto para oírnos, como también para hablar con nosotros porque como todos sabemos que no tenemos un Dios muerto ni tampoco un Dios lejano, que El esta aquí con nosotros y que mientras más oremos, alabemos, leamos la Palabra de Dios, lo busquemos, nos relacionemos con El, para nosotros será mas fácil escucharle, sentirle; la voz de El será más clara en nuestro interior y así podremos conocerle cada día más, además de saber los propósitos que Dios tiene para con nosotros.

Debemos tener muy presente que nuestro Señor Jesucristo es quien nos justificó pagando en la cruz por nuestros pecados a precio de sangre y por El somos salvos, es El quien nos lava con Su preciosa Sangre Bendita y borra todas nuestras faltas, sana todas nuestra heridas.

Cuando tenemos Temor de Dios nos arrepentimos con un corazón contrito y humillado, dejémonos guiar por el Espíritu Santo, quizá El nos inspire a postrarnos en donde estemos haciendo oración o poner en nuestra mente un texto de la Palabra de Dios para que la leamos, pueda ser que El Espíritu Santo nos inspire a cantar, etc., seamos libres en el Espíritu. Arrepentirnos no significa sólo decir Padre perdónanos, sino estar dispuestos a tener un cambio de actitud radical, romper con nuestra vieja manera de vivir con la ayuda y por la Gracia de Dios; tomemos conciencia pues que nada de lo que tenemos es por nuestros méritos que todo viene por Gracia de Dios Todopoderoso, y de todo lo que carecemos debemos pedirlo a nuestro Señor; si nos falta fe, amor, misericordia, fortaleza, dominio de sí, prudencia, etc., debemos pedírsela a Dios Padre en nombre de nuestro Señor Jesucristo.

Contrito = Arrepentido, que siente remordimiento, dolor intenso por haber pecado; entristecido, triste.
triste, afligido.
triste, preocupado.
remordimiento.

Cuando nosotros somos dóciles (obedientes) a lo que nos pide nuestro Señor, ahí viene nuestro verdadero cambio, nuestro Dios nos comienza a pulir a liberarnos, sanarnos, desatar todo lo que estaba atado, romper cadenas por medio del fuego liberador de Su Espíritu Santo. Nos sorprendemos cada día de lo que nuestro Señor nos muestra, de cómo andábamos cuando vivíamos en la carne ya que estábamos ciegos ( 2 Corintios 4 : 4 esto es, entre los incrédulos, a quienes el dios de este mundo les cegó el entendimiento, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios.), esclavos (Juan 8 : 34 34Jesús les respondió: —De cierto, de cierto os digo que todo aquel que practica el pecado, esclavo es del pecado. ) y muertos ( Efesios 2 : 1-2 1Él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, 2en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia.). El Señor por medio de su Espíritu Santo nos comienza a revelar Su Palabra y es acá cuando nos damos cuenta cuan equivocados andábamos, empezamos a ver que los pensamientos de Dios no son los nuestros, así que comenzamos a tener cuidado con nuestros pensamientos, con nuestra mente (el demonio nos ataca por este medio y también la carne, nuestra naturaleza tiene sus propias debilidades y tentaciones) es por eso que debemos entregar los pensamientos a nuestro Señor y dar importancia también a nuestro corazón (el Espíritu Santo habita en el corazón en dónde dimos entrada a nuestro Señor Jesucristo en la conversión) debemos cuidarlo, pedirle a Dios que lo transforme porque no debe quedar como estaba antes de recibir al Señor en nuestras vidas, porque ahora somos templo de Dios. La Palabra de Dios dice que el corazón es engañoso y perverso, por lo tanto nos recomienda que lo guardemos.

Jeremías 17 :9
9     »Engañoso es el corazón
más que todas las cosas, y perverso;
¿quién lo conocerá?

Proverbios 4 : 23
23   Sobre toda cosa que guardes, guarda tu corazón,
porque de él mana la vida.

En este punto ya nosotros nos preocupamos más por confirmar lo que viene de Dios, saber discernir para no ser engañado por el maligno. Cuando Dios nos habla nos confirma mediante su Palabra, o por una visión, o por sueño, o por otro hermano etc; Dios no se desdice de su Palabra. Ahora no nos dejamos guiar por el hombre sino en primer lugar y ante todo está Dios en nuestras vidas y somos obedientes a Sus órdenes, a sus mandamientos, a Su Espíritu. Es aquí cuando ya no nos importa lo que digan, lo que opinen los demás; pero si nos importa y muchísimo lo que opine nuestro Señor porque tenemos ya en nuestro ser el Santo Temor de Dios.

Colosenses 3 : 1-4
1Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. 2Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. 3Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. 4Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria.

Colosenses 3 : 5-17
5Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría; 6cosas por las cuales la ira de Dios viene sobre los hijos de desobediencia, 7en las cuales vosotros también anduvisteis en otro tiempo cuando vivíais en ellas. 8Pero ahora dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia, blasfemia, palabras deshonestas de vuestra boca. 9No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos, 10y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno, 11donde no hay griego ni judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro ni escita, siervo ni libre, sino que Cristo es el todo, y en todos.
12Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; 13soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. 14Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto. 15Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos. 16La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales. 17Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él.


Hebreos 12 : 28
28Así que, recibiendo nosotros un reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia; 29porque nuestro Dios es fuego consumidor.

Aquel que a Dios teme tiene la certeza que todo lo que recibe viene de El y que todo lo que permite el Señor es por nuestro bien.

Eclesiastés 7 : 18b
porque aquel que a Dios teme, saldrá bien en todo.

Eclesiastés 8 :12-13
12Aunque el pecador haga mal cien veces, y prolongue sus días, con todo yo también sé que les irá bien a los que a Dios temen, los que temen ante su presencia; 13y que no le irá bien al impío, ni le serán prolongados los días, que son como sombra; por cuanto no teme delante de la presencia de Dios.

Romanos 8 : 28
28Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.

Eclesiastés 12 : 13
13El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre. 14Porque Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala.

Isaías 8 : 13
13A Jehová de los ejércitos, a él santificad; sea él vuestro temor, y él sea vuestro miedo.


Enseñanza Entregada por el Espíritu del Señor a V.G

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